Probablemente te hagan una broma hoy, no lo tomes a mal, tienes que aprender a tomar la vida menos en serio. Un suceso que beneficiará tu futuro y tu economía viene en camino, pero para que llegue más pronto tienes que olvidar las siguientes palabras: duda y depresión, y la más peligrosa: pesimismo.
Oportunidad de hoy: Autoanálisis.
Decir o reconocer que no se quiere a la pareja parece un asunto de poca complejidad. Pero realmente es un conjunto de tres palabras con una carga emocional muy poderosa. En donde estas tres palabras tienen la intención de expresar un sentimiento así como finalizar algo que tuvo un inicio en algún momento de su vida.
Al género masculino le resulta difícil expresar verbalmente sus emociones de manera positiva (te amo o te quiero), por lo que cuando tiene que transmitir sus sentimientos o emociones en cuanto al desencanto del amor encontramos mayor dificultad para expresarlo.
En general, los hombres responden más al canal de estimulación visual y táctil, mientras que muchas mujeres responden más a los estímulos auditivos. Se observa que, aunque las acciones de los hombres sean amorosas en muchas ocasiones no son debidamente apreciadas al no estar acompañadas de expresiones verbales.
Por qué
Ocultar a la pareja lo que se piensa o lo que se está sintiendo puede deberse a: Falta de habilidad comunicativa.
Temor de ser rechazado.
Afectar a la persona no querida.
Mostrarse vulnerable.
Piensa que da lo mismo hablar o callar.
Los estudios demuestran que existe poca verbalización sobre conductas afectivas en los hombres, aun cuando los actos demuestran otras circunstancias.
Expresar que no se quiere a la pareja luego de mantener por muchos años una relación es más complejo, puesto que el tiempo es un aliado de la existencia de una estabilidad en muchos aspectos. Asimismo, las cosas se complican más cuando existen otros elementos como son los hijos y los bienes gananciales.
Al descubrir luego de muchos años en una relación que nada los une o bien que la pasión que producía una ilusión se murió, refleja cómo el desencanto tiene un proceso en donde se puede dar de manera inesperada e incongruente.
Aquel que no quiere a su pareja, en muchas ocasiones, deja pasar con el tiempo este sentimiento acomodándose a estar en la relación sin estar objetivamente. Su presencia es invisible y la relación se sostiene por quien ama. Es una postura de mucha crueldad humana pues al no decirlo, impacta con mucho dolor y sufrimiento en la vida de la persona no deseada.
En este proceso de desencanto resulta interesante preguntarse cuánto se hizo o se luchó para que se mantuviera la relación pues la historia es de dos, no de uno. Estar con alguien a quien no se ama y callarlo es convertirse en una persona deshonesta a la cual su conducta se puede interpretar como oportunista en búsqueda de ciertos beneficios como son comodidad, dinero o simple compañía para enfrentar la soledad. Pensar de esta forma, es asumir una postura egoísta ante la vida.
También se puede observar esta ausencia de amor o de querer en comportamientos conocidos como agresivo-pasivos en donde: se le olvidan los cumpleaños, no hace planes para salir, no regala, no responde cuando su pareja trata un asunto de la relación o no afronta su comportamiento hostil o de rechazo cuando se le reclama.
En esta situación, la persona que no quiere nunca reconoce su conducta de rechazo hacia la pareja, y vemos cómo afirma constantemente que su intención es de no hacer daño y su pareja es quien tiene una percepción equivocada. Su verdad es otra realidad que responde a su absoluta percepción.
Aprender a desarrollar una comunicación asertiva en relación con los sentimientos o emociones es lo más adecuado entre la pareja.
No expresarlo constituye un callejón sin salida en donde ambas partes conviven atrapados en un mundo de insatisfacciones. Decir abiertamente la verdad sin excusas o mentiras, decir en pocas palabras no te quiero es un acto de bondad que ayudará a sanar la herida que por varios años ha provocado dolor y sufrimiento de manera silenciosa en el ser no deseado.
